
Paseo por el distrito 13
Categories : GUIA URBANA, publicado : 17/6/25
El 13.º distrito de París, a menudo asociado a sus rascacielos modernos y su barrio asiático, en realidad alberga numerosos tesoros históricos y pintorescos. Entre callejuelas empedradas, casas floridas y antiguas manufacturas, este paseo te lleva por un París con aires de pueblo. Sigue la ruta para descubrir algunos de los lugares emblemáticos del 13.º distrito, ricos en historia y encanto.
Salida en la estación de metro Corvisart: rumbo a la Butte aux Cailles
Comienza tu recorrido en la estación Corvisart, de la línea 6 del metro. Al salir, sumérgete de inmediato en la atmósfera tranquila de la Butte aux Cailles. Este barrio, antiguo pueblo preservado de las obras de Haussmann, es uno de los rincones más encantadores de París. Al tomar la calle de la Butte-aux-Cailles, descubrirás una sucesión de pequeños callejones empedrados y casas obreras de fachadas coloridas.
Detente en el café de punto “L’Oisive Thé”, donde podrás saborear un té o un pastel mientras participas en una sesión de tejido, una actividad muy popular en el barrio. Un lugar ideal para relajarse y conversar con los locales.
Dirección: Boulevard Auguste Blanqui, 75013 París
La Manufactura de los Gobelinos: un saber hacer único
Sigue tu paseo subiendo por la rue Corvisart hasta la avenue des Gobelins, uno de los ejes históricos del barrio. Ante ti se alza la célebre Manufactura de los Gobelinos, una auténtica joya del patrimonio francés y símbolo de la excelencia artesanal. Fundada en el siglo XVII por iniciativa del rey Enrique IV, esta institución comenzó como una tintorería de la poderosa familia Gobelín, reputada por sus tintes carmesíes. Fue bajo Luis XIV, con el apoyo de Colbert, cuando la manufactura dio un giro decisivo al convertirse en el centro de producción de las tapicerías francesas más prestigiosas, destinadas a decorar palacios reales y edificios oficiales.
La fama de la Manufactura de los Gobelinos nunca se ha apagado. Hoy en día, sigue siendo un lugar donde el arte del tapiz se perpetúa con pasión gracias a artesanos excepcionales. Las técnicas de tejido, cuidadosamente preservadas durante siglos, se mezclan ahora con la modernidad, con colaboraciones regulares con artistas contemporáneos. Esta fusión entre tradición e innovación convierte a los Gobelinos en un destino imprescindible del patrimonio francés.
Al pasear por los alrededores del edificio, apreciarás los magníficos bajorrelieves de la fachada que representan escenas de artesanos en pleno trabajo. Estos detalles evocan la larga historia del lugar y la complejidad de las artes manuales que allí se ejercen. No dejes de visitar la Galería de los Gobelinos, que alberga impresionantes colecciones de tapices históricos y contemporáneos. Las exposiciones cambian periódicamente, ofreciendo a los visitantes una visión de las obras maestras tejidas a mano, en ocasiones encargadas por la realeza o la presidencia. Además, es la ocasión perfecta para comprender en detalle el saber hacer único de estos artesanos, cuyo oficio requiere años de formación y una paciencia infinita.
El lugar también ofrece visitas guiadas para profundizar en la fascinante historia del tapiz francés y descubrir cómo esta artesanía ha influido en el arte decorativo a lo largo de los siglos. Para los amantes del arte y la historia, la Manufactura de los Gobelinos es una parada imprescindible en cualquier paseo por el 13.º distrito.
Dirección: 42, avenue des Gobelins, 75013 París
El islote de la Reina Blanca: una historia real
A pocos pasos de la Manufactura de los Gobelinos, tomando la rue Gustave-Geffroy, descubrirás el islote de la Reina Blanca, un lugar cargado de historia que debe su nombre a Margarita de Provenza, viuda del rey San Luis. Esta figura real del siglo XIII eligió este enclave junto al río Bièvre para construir una residencia majestuosa. En aquel tiempo, la orilla del río, que abastecía a numerosos artesanos y talleres, ofrecía tranquilidad y frescor a la nobleza. Margarita de Provenza, vestida con su habitual hábito blanco de viuda, convirtió este lugar en un enclave privilegiado, que pronto pasó a conocerse como Reina Blanca.
Aunque la residencia original desapareció a principios del siglo XV, el islote siguió desempeñando un papel clave en la historia de París. En el siglo XVI, la célebre familia Gobelín se estableció allí y desarrolló sus talleres de tintorería, convirtiendo la zona en un auténtico polo industrial. Los edificios que se alzan hoy en día, antaño dedicados a la producción textil de calidad, evocan la importancia del comercio y la artesanía en la construcción de la identidad del barrio.
Hoy, el islote de la Reina Blanca conserva este doble legado, combinando vestigios de su pasado medieval con restos de su época industrial. Al pasear por las calles que rodean el islote, aún podrás ver algunos edificios de aquella época, como los antiguos talleres de Jean Gobelín, situados en la calle Berbier-du-Mets, que bordeaba antiguamente el cauce de la Bièvre. Estos restos, aunque discretos, recuerdan la trascendencia del río y de las actividades artesanales que dieron forma al barrio.
Dirección: 6 Rue Gustave Geffroy, 75013 París
La plaza René-Le Gall: un rincón de naturaleza en pleno París
¿Ganas de una pausa tranquila? Dirígete a la plaza René-Le Gall, un verdadero oasis verde en el corazón del 13.º distrito. Este bucólico parque, ubicado sobre un antiguo islote de la Bièvre, ofrece un entorno ideal para relajarse y escapar del bullicio parisino. Antiguamente apodada la “isla de los monos”, el lugar estaba animado por guinguetes, cervecerías y huertos cultivados por los obreros de la Manufactura de los Gobelinos. Las festividades eran frecuentes y la convivialidad de este espacio verde lo convertía en un punto de encuentro muy apreciado.
Hoy, la plaza conserva esa atmósfera bucólica y campestre, con rosales, céspedes bien cuidados y cuatro encantadoras glorietas —estos pequeños pabellones típicos de los años 30— que crean un ambiente romántico y relajante. Es el lugar perfecto para una pausa después de un día de paseo por el barrio. Ya sea para sentarte en un banco bajo la sombra o para pasear tranquilamente entre las flores, esta plaza te ofrece un respiro dentro de la ciudad.
También es una invitación a explorar botánicamente, con sus árboles centenarios y parterres de flores cuidadosamente dispuestos. Ideal para una salida en familia, un momento de lectura o simplemente para disfrutar de la serenidad del lugar, la plaza René-Le Gall ofrece una pausa en la rutina urbana, evocando las antiguas fiestas y jardines obreros que marcaron su historia.
Dirección: Square René Le Gall, 75013 París
La Cité Florale: un pequeño paraíso
Para los amantes de la vegetación y las flores, la Cité Florale es un auténtico refugio y una parada imprescindible para quien quiera descubrir un París oculto, lejos de las grandes avenidas. Escondido al margen de las arterias principales, este singular barrio se distingue por sus callejuelas empedradas, flanqueadas por casas coloridas y jardines exuberantes. Creada en 1928, la Cité Florale fue concebida como un pequeño pueblo en el centro de la capital, un lugar donde la naturaleza tendría un protagonismo central. Las calles llevan nombres evocadores: rue des Orchidées, rue des Glycines o rue des Iris, recordando el tema floral omnipresente en este encantador rincón.
Este barrio residencial, con sus fachadas floreadas, respira tranquilidad e invita al paseo. En cada esquina, parterres y arbustos cuidadosamente mantenidos decoran las aceras, mientras que rosales y glicinas trepan por las paredes de las casas. Las estaciones ofrecen aquí un espectáculo cambiante: en primavera, las calles se transforman en un lienzo vibrante de colores, mientras que en verano las sombreadas callejuelas ofrecen un frescor acogedor.
La Cité Florale representa un verdadero contraste con el urbanismo moderno de la capital, permitiendo a los visitantes perderse en su entramado verde y apreciar la simple belleza de la naturaleza en plena ciudad. Un lugar poco conocido por los turistas, es una invitación al descanso y la calma, lejos del bullicio parisino. Ya sea para un breve paseo o una exploración más profunda, la Cité Florale promete una inmersión en un París bucólico y encantador.
Dirección: Entre las calles Boussingault, Brillat-Savarin y Auguste Lançon, 75013 París
La Pequeña Alsacia: un pueblo alsaciano en el corazón de París
No muy lejos de la Cité Florale, continúa tu recorrido hacia la Pequeña Alsacia, un barrio que parece salido de otra época y región. Oculto en el 13.º distrito, este conjunto de casas entramadas, construido a principios del siglo XX, es una verdadera joya arquitectónica. Estos pabellones, inspirados en el estilo tradicional alsaciano, ofrecen una atmósfera pintoresca e insólita que contrasta con el entorno parisino.
En su origen, estas encantadoras casas entramadas se erigieron para alojar a familias obreras. Pensadas como un modelo de vivienda social de vanguardia, estaban destinadas a acoger a familias numerosas en un entorno agradable y funcional. Hoy, estos pabellones de madera y ladrillo se conservan con esmero, ofreciendo a los visitantes un espectáculo inesperado en medio de las calles empedradas.
Pasear por la Pequeña Alsacia da la impresión de viajar en el tiempo y el espacio, como si hubieras abandonado París para reencontrarte en un pueblo alsaciano. Los callejones floridos, los jardines cuidados y la arquitectura típica invitan a una pausa contemplativa. Este barrio ofrece un contraste único con la vida parisina y es un lugar donde la calma y el encanto de un pueblo perduran en el corazón de la capital.
Dirección: 10 Rue Daviel, 75013 París
La Petite Ceinture: un paseo bucólico
Termina tu recorrido con una incursión en la Petite Ceinture, esa antigua vía férrea emblemática que en el siglo XIX recorría París en un circuito completo. Originalmente, esta línea de tren circular transportaba mercancías y pasajeros, conectando las distintas estaciones de la capital. Durante mucho tiempo abandonada, la Petite Ceinture ha sido rehabilitada, convirtiendo sus raíles en verdaderos pulmones verdes para los parisinos.
En el 13.º distrito, un tramo de esta línea se ha transformado en un paseo apacible, lejos del ruido y el ajetreo urbano. Las vías abandonadas, parcialmente cubiertas por vegetación, conviven ahora con jardines comunitarios y espacios verdes donde la naturaleza ha reclamado su espacio. Estos lugares ofrecen un escenario único para un paseo al aire libre, en plena ciudad.
Los amantes de la biodiversidad descubrirán una flora variada e incluso algunas especies de aves poco frecuentes en entornos urbanos. El encanto rústico de los antiguos raíles, rodeados de verdor, confiere a este paseo una sensación de evasión en el tiempo. En cada recodo, la Petite Ceinture revela pequeños tesoros ocultos: huertos urbanos, coloridos grafitis y viejos puentes de hierro que evocan su pasado industrial.
Es el lugar ideal para cerrar tu exploración del 13.º distrito con broche de oro, disfrutando de un entorno apacible que contrasta con el ritmo frenético de la capital. Ya sea que ames la fotografía, la naturaleza o simplemente busques un momento de relax, la Petite Ceinture brinda una pausa bucólica en París.
Dirección: 60, rue Damesme, 75013 París
Una invitación al descubrimiento
El 13.º distrito de París es una verdadera invitación al descubrimiento, entre su pasado industrial y sus rincones pintorescos preservados. Ya seas aficionado a la historia, la arquitectura o la naturaleza, este paseo te promete momentos inolvidables en un barrio que no deja de reinventarse.